Financiación del Desarrollo
The Corporate Wars es un sistema en construcción cuya arquitectura técnica —contratos programáticos, tesorería, estructura económica y política— ya está implementada en su núcleo, pero el universo jugable aún no ha nacido.
Se trata de una realidad de producción: construir un entorno vivo requiere recursos. Sin fases especulativas ni promesas futuras, los elementos que conectan la lógica interna con la experiencia del jugador —cliente visual, interfaces, validaciones en tiempo real, ciclo jugable mínimo— deben desarrollarse con calidad profesional.
Producción inicial
Ningún sistema complejo emerge espontáneamente sin una inversión continua de trabajo técnico, artístico y operativo. La producción inicial necesita estructura, dirección, herramientas y personas.
La financiación del desarrollo no busca crear un producto cerrado, sino alcanzar un punto de arranque funcional.
Durante los eventos de Despliegue Comunitario, el minimum viable game comienza en la blockchain y se extiende hacia el cliente. Pero para que eso tenga sentido, debe estar construido con criterio, intención y una base técnica que garantice su coherencia.
Cada aportación recibida en esta fase inicial se destina a convertir el sistema en algo visible, usable y expandible.
Cada tramo desarrollado activa subsistemas, refuerza el ciclo económico y permite avanzar sin depender de ingresos externos impredecibles.
Ciclo de vida
El ciclo de vida de aplicación de The Corporate Wars requiere una inversión continua en desarrollo: nuevas funcionalidades, expansiones del sistema, herramientas de administración, mejoras técnicas, diseño de contenidos, interfaces, eventos y sistemas emergentes.
Esta capa de trabajo abarca todo lo necesario para que el proyecto evolucione: desde escribir código hasta diseñar nuevas mecánicas, ilustrar mundos, probar integraciones, documentar funcionalidades o adaptar el backend a nuevos requerimientos.
La Tesorería reserva una parte de sus fondos para sostener estos procesos de forma gradual, comenzando incrementalmente para poder afrontar las exigencias iniciales de producción.
Puede destinar recursos a ciclos de desarrollo internos, contrataciones puntuales, tareas especializadas o colaboraciones externas.
El objetivo es mantener el sistema en evolución constante, sin depender de financiación externa ni de picos de ingreso impredecibles.
Esta política de autofinanciación permite avanzar de forma sostenida, modular y verificable.
Cada mejora, cada nueva capacidad técnica o jugable, se construye sobre la base de lo ya existente, utilizando los recursos generados por el propio sistema.
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