Las civilizaciones pre-estelares han desarrollado una tecnología avanzada dentro de su sistema estelar, pero aún no han descubierto el salto interestelar, lo que las limita a métodos de exploración sublumínicos.

Muchas han colonizado sus lunas o planetas vecinos, establecido economías interplanetarias y desarrollado infraestructuras industriales complejas.

El contacto con civilizaciones interestelares es un punto de inflexión en su historia.

Las lealtades ven en estos mundos oportunidades estratégicas, estableciendo acuerdos comerciales, ofreciendo tecnología a cambio de concesiones o integrándolos en su esfera de influencia.

Algunas prefieren no interferir en su desarrollo, observándolas desde bases ocultas o aplicando restricciones estrictas al comercio.

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Para las corporaciones, estos sistemas representan mercados emergentes y fuentes de recursos aún no explotadas.

Una gestión adecuada de primeros contactos puede llevar a alianzas lucrativas o a la explotación controlada de sus economías.

Sin embargo, las sociedades pre-estelares no siempre aceptan la influencia externa sin resistencia, y los intentos de dominación pueden generar conflictos locales o resistencia a la intervención extranjera.