El Espacio Cartografiado está compuesto por innumerables sistemas planetarios, cada uno con su propia combinación de estrellas, planetas, lunas y cuerpos menores.
Las estrellas definen la naturaleza de un sistema: desde enanas rojas longevas hasta gigantes azules de vida corta, cada tipo estelar influye en la habitabilidad y en los recursos disponibles.
Sistemas con múltiples soles pueden presentar desafíos adicionales en navegación y colonización debido a sus órbitas complejas.
Los mundos habitables son escasos y valiosos: aunque muchos planetas pueden albergar colonias mediante terraformación o hábitats artificiales, encontrar un mundo con condiciones naturales favorables es un activo estratégico.
Sin embargo, la habitabilidad no lo es todo; mundos áridos, congelados o gaseosos pueden ser fuentes cruciales de recursos industriales y energéticos.
Comprender la distribución y características de los sistemas planetarios es esencial para cualquier corporación que busque expandirse.
Controlar un sistema con abundantes recursos o acceso a rutas comerciales puede significar el dominio económico en un sector, mientras que elegir un mundo mal ubicado puede condenar una operación al fracaso.
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