Corporaciones como Políticas
Las corporaciones operan como actores soberanos dentro del entramado político y estratégico del Espacio Cartografiado.
A medida que progresa el juego, las corporaciones pueden gobernar mundos, establecer holdings, financiar subsidiarias y participar progresivamente en sistemas de juego que, en un principio, no eran visibles, accesibles o se percibían como dominio exclusivo de la IA.
El desempeño adecuado y el desarrollo equilibrado de una corporación permitirán, a través de ciclos narrativos diferenciados, explorar todas las posibilidades del juego.
Actores del Juego
Las Políticas son las entidades fundamentales a partir de las cuales modelamos la jugabilidad: comparten estructuras internas y responden a principios comunes de composición, agregación y dependencia.
La corporación como Política permite trasladar principios, lógicas y mecánicas de juego de forma estructural, integrando todos los niveles de metajuego a partir de esta capa, y permitiendo la interacción de los jugadores con el universo mediante interfaces de visualización de datos, ajuste y control.
Este diseño permite a la IA considerar a todas las Políticas como actores agrupados en jerarquías de liderazgo —facciones, clanes, grupos, bandos— con distintos niveles de autonomía, responsabilidad y gobernanza, lo que le permite contextualizar los ciclos narrativos y ajustar sus estrategias de juego autónomo según la participación de los jugadores.
Lealtades e Instituciones controladas por la IA del sistema agregan multitud de corporaciones —controladas por jugadores— que son consideradas activos, a efectos prácticos, y que participan en las estrategias de alto nivel desplegadas por la IA para dichas facciones.
Las corporaciones del Tercer Imperio funcionan como herramientas de estabilización; las de los Dos Mil Mundos, como vectores de expansión y desarrollo. Cada Lealtad tiene su propio estilo de juego, basado en ciclos narrativos dinámicos que emergen de las estrategias aplicadas por la IA.
En ausencia de jugadores, la IA dispone de sus propios actores corporativos —megacorporaciones y conglomerados de largo alcance— para desarrollar estrategias de equilibrio sintético del juego, si fuera necesario.
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